Hasta agosto de 2022, la variante ómicron y sus varios subtipos son las forma del SARS-CoV-2 dominante en los EE. UU.
Protección contra la ómicron
Existe evidencia de que los regímenes de vacunas de dos dosis existentes son menos efectivos contra ómicron que contra la variante Delta y el coronavirus original. Sin embargo, las vacunas de refuerzo pueden ayudar a restaurar la protección. Un estudio de enero de 2022 de más de 300 mil personas demostró que una vacuna de refuerzo de ARNm tuvo 90% de efectividad contra la hospitalización por la ómicron.
Las investigaciones más recientes arrojan más buenas noticias. Un estudio de marzo de 2022 realizado en 21 centros médicos de EE. UU. halló que un régimen de vacunas de ARNm de tres dosis puede disminuir por un 94% las probabilidades de ventilación mecánica (una atención médica en casos extremos) y de fallecimiento.
Si bien la protección sigue siendo elevada, con el paso del tiempo puede disminuir. Un estudio de los CDCpublicado en febrero de 2022 demostró que, después de la primera vacuna, las vacunas tuvieron un 90% de protección contra la hospitalización. Cuatro meses después de la tercera dosis, la protección disminuyó a un 78%. (Estos datos se recopilaron durante la ola de ómicron a principios de 2022). El mejor procedimiento a seguir, según los CDC, es vacunarse con la vacuna y también con el refuerzo, en caso de ser elegible.
Protección contra la BA.5 (subvariante de ómicron)
La subvariante ómicron BA.5 es la forma dominante del virus del SRAS-CoV-2 en los Estados Unidos y es potencialmente la cepa más contagiosa del virus hasta la fecha. (El último desglose de las proporciones de las variantes está disponible en el sitio web de los CDC).
Los síntomas de la variante BA.5 son similares a los de la variante anterior de ómicron, incluyendo tos, secreción nasal, dolor de garganta, fatiga, dolores de cabeza o musculares. Es más probable que los pacientes presenten infecciones de las vías respiratorias superiores y menos probable que pierdan los sentidos del gusto y del olfato o que experimenten dificultad para respirar.
Las vacunas siguen funcionando bien contra la BA.2, ofreciendo una protección similar a la que tenían contra la ómicron original. Las vacunas proporcionan una protección duradera contra las consecuencias más graves de la enfermedad, incluidas las hospitalizaciones y las muertes, y una protección limitada contra la enfermedad sintomática causada por ómicron y sus variantes. Los refuerzos ayudan a recuperar la protección contra la enfermedad sintomática, aunque disminuye a los pocos meses.